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Archive for 30 de junio de 2007


Bueno, sí, más de una semana pasó desde el último artículo, pero es que me enfermé. Y mientras escribo sigo achacado de algo curioso y que por primera vez me sucede, ya que estoy disfónico tras haber estado completamente afónico. Lo que el viernes por la mañana se exhibió como una molestia en todo el cuerpo (ya saben, cuando uno se siente “gelatinoso” o “blandito” y próximo a engriparse) terminó traduciéndose en una angina. Para cuando dieron las tres de la tarde del lunes ya estaba yo más silencioso que Alicia Muñiz después de su última discusión con Carlos Monzón.

Perdí la voz.

El atender el teléfono es parte importante de mis labores diarias. Temporalmente inhabilitado de utilizar mi hermosa voz, por más diestro que me encuentre a la hora de hacer las tareas administrativas restantes, en mi puesto de trabajo –dicen- no vale la pena tenerme dando lástima y es por eso que mis superiores me han obligado a quedarme en casa. Podría decir que no la estoy pasando del todo mal, pero lo cierto es que la estuve pasando mal. Me aburría. Súmenle a eso el hecho de que desde que me enteré que tengo cálculos en la vesícula camino despacito y trato de pasarme quieto la mayor cantidad de tiempo posible a fin de que dos piedras grandotas no vayan a golpearse mientras están embebidas en todos esos gases y líquidos inflamables de mis tripas generando una chispa y ocasionándome la muerte por combustión espontánea.

Allí estaba yo, sin hablar, sometiéndome casi engorrosamente a la sobreprotección de mi madre, que me ve enfermo al borde del paroxismo gracias a que, según dice ella, tengo las orejas medio pálidas y eso debe ser un síntoma de anemia o algo así. Me trajo facturas y una jarra de té con leche. También un poco de leña, a fin de que pudiese encender yo la chimenea. Ah, cuando decía eso de que “la estuve pasando mal”, mentía. Me encanta quedarme en casa así sea recibiendo descargas eléctricas en las encías, y descubrí que se pueden hacer un montón de cosas además de buches y gárgaras con ese extraño líquido verde que me recetaron y que me deja toda la boca adormecida una vez cada ocho horas, o acumular trabajo al punto de que no sé si quiero volver a trabajar realmente, o tener pesadillas en las que un cálculo biliar filoso me corta los genitales desde adentro. O darle a los videojuegos. O comer mocos de gusto metálico.

Y ya no me duele la garganta, pero lo que más me llamó la atención fue que el médico que me atendió habló de una “epidemia”. Aparentemente, la gripe, angina y esas cosas están afectando a muchos pobres diablos, entre los que seguro se encuentran muchos de ustedes, mis bienamados lectores. A sabiendas de que hay cosas que están funcionando para mí, les haré unas buenas recomendaciones.



El Eternauta1- Léanse el Eternauta aunque la tapa con el tipo vestido de buzo les parezca estúpida en un primer momento. Mi novia me prestó la versión original completa (de Oesterheld y Solano López) y la verdad es que lo disfruté muchísimo. Me tomó unas tres horas, pero de principio a fin es una historia riquísima. Al momento de aparecer debe haberle partido el bocho a todo el mundo, y me haría muy feliz que alguien se dignase a filmar la película con actores. Yo sugiero a Federico D´Elía para el papel principal, ustedes (los que lo hayan leído) ayúdenme con el resto.



Piedra de afilado2- Afilen todos sus cuchillos. Yo se hacerlo con relativo éxito debido a que forma parte de mis pasatiempos indirectamente. Aquí les va un paso a paso. Siempre con la hoja hacia delante y en un ángulo de 20 grados en relación con la piedra de afilado (pueden conseguirse una piedra mixta: gruesa de un lado y fina del otro) se realizan movimientos circulares parejos, lubricando con agua o un aceite ligero. Es importante mantener el ángulo y hacer la misma cantidad de pasadas de cada lado de la hoja. Para alinear el filo recomiendo un cuero de peluquero (no lo tomen literalmente), una chaira de cerámica, una de acero (lisa, no ranurada) o en su defecto un pedazo de mármol. Hay quienes optan por invertir algún dinerito en afiladores de diamante artificial (cuestan cincuenta pesos mínimo, mientras que la piedra china cuesta cinco y zafa), pero la verdad es que yo no he sabido de que se obtengan tan grandiosos resultados con ellos. Un pulido fino de emergencia puede hacerse con una lija al agua para madera, del número 360 o 400. Obviamente, el acero inoxidable es más blando que el acero al carbono y requiere menos cuidados posteriores, pero se desafila más rápido. Recomiendo en estos casos un ángulo de 30°.



Jennifer haciendo de terrible atorranta aborigen3- Aprovechen que van a modificar sus horarios de sueño y denle una chance a alguna película de esas que el cable da a las dos de la mañana. En mi caso, la elegida fue “Vuelta en U”, con Sean Penn, Jennifer López, Nick Nolte y otros más. No sé si habrá sido a causa de que estaba medio dormido o de que no sé hacer gárgaras y siempre termino tomando por lo menos la mitad del liquido verde de los buches, pero la verdad es que me encantó. El hermano de River Phoenix me cae simpático en serio y te da ganas de prenderlos fuego a todos, especialmente a Billy Bob Thornton. No era tan fea Jennifer Lopez en esta película.



Gabriel Novaro en su último cumpleaños4- Desperdicien muy buenos temas para escribir artículos en su blog. Mírenme a mí: me vengo a alejar de la PC y allá afuera se muere el doctor Socolinsky, un abogado loco se agarra a tiros con la policía al estilo Jean Reno, Tigre asciende a la Primera División del fútbol argentino con muerto incluido, Mauricio Macri es electo Jefe de Gobierno, resultó que Blumberg no era ingeniero, el gobierno planea cortar la luz en las autopistas a fin de limitar la escasez energética, etc., etc., etc.… cualquier cosa que ahora pudiese escribir y publicar a posteriori resultaría desfasada y es por eso que vamos a pretender que no pasó nada.



La mato, la mato, le saco sangre, dirá un amigo.5- Hagan pesto. Se toma un morterito, se tira dentro un poco de ajo, perejil, albahaca, piñones (las nueces de la isla funcionan y salen diez veces más baratas) aceite de oliva y queso rallado. Luego (tipo seis de la tarde) lo sientan a uno junto a la chimenea y le dicen: “hacé eso, dale, que a la noche comemos fideos”. Y uno, que está al pedo y no le teme a la humillación, machaca, machaca, machaca y hace pesto. Sé que la foto es de Jennifer Connelly y no tiene nada que ver con los fideos con pesto, pero dejo a criterio de los lectores masculinos si quieren que la cambie por una que sea efectivamente de fideos con pesto. Yo me quedo con Jennifer Connelly, pero en una de esas ustedes son medio amaneraditos, no sé, no viene al caso tampoco… un hombre de verdad come tuco hirviendo, directamente de la cacerola y con una cuchara, sin fideos. No pesto.

Y hasta acá, basta. ¿Qué hacen ustedes cuando se enferman? ¿Se enferman?

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