¡Y ustedes que creían que nada iba a obligarme a dar señales de vida, eh! Dios trabaja en formas misteriosas.
En orden de sinceridades, tengo una bronquitis diagnosticada desde hace quince días. No le entendí muy bien al médico que me atendió, pero parece que si me cuido, hago reposo, chupo unas pastillitas con antibióticos, me nebulizo cuatro veces al día y tomo abundantes líquidos, en una de esas, dentro de una semana me mejoro lo suficiente como para morirme pero evito que quemen mi cadáver en un horno con un cartel que diga “BIOHAZZARD” en letras rojas. Están los que dirán que me la pesqué por no cuidarme del frío, pero yo estoy seguro de que me la contagié nomás porque… no, la verdad es tendrán razón. Eso, y el hecho de que soy medio boludo. No, si te digo… La verdad es que no sé en que estaría pensando yo el otro día cuando me hice en el pene ese tatuaje de un Torino que en la luneta trasera tiene una inscripción que dice: “subite, sentate, callate y agarrate”. Para peor, cuando tengo una erección, se estira mucho y no alcanza a leerse bien, y se pierden los detalles de las llantas y otras cosas.
Si no te hace reir la imagen, es porque te duele algo. Resulta que una mina le muestra a otra un video porno en el que una aparece haciéndole un pete a un tipo parecido al esposo de una de las dos. O algo así. Ustedes ya están al tanto de eso porque obviamente son mis lectores de ley y se pasaron toda la semana investigando al respecto. Lo más importante de conocer es que esto sucedió en General Las Heras, región en la que no pasa nada de nada, y como bien nos han demostrado los ciudadanos de Gualeguaychú (con su asunto de las papeleras), y la jueza esa de Tierra del Fuego (que casó a los homosexuales), a verdad más grande es esta: cuando la gente vive en lugares donde no pasa un carajo durante el 99% del año, pone manos a la obra e inventa algo. En este caso, una le encajó un martillazo a otra y la dejó viva pero hecha un potus. Al menos por un tiempo, porque resulta que después se muere, el potus. Ah, te cagué el final.
Silvia Luna es el nombre de la agresora. Tiene 31 años y practica unas felaciones del tipo: “me gusta la pija y no lo hago sólo durante dos minutos para que mi amante me deje de hinchar las pelotas”. O al menos eso es lo que he podido intuir, ya que no busqué el video aún (imagino que va a llegar sólo a mis manos, a sabiendas de que hasta hubo quienes lo subieron a Youtube, donde aún puede verse). Nah, es mentira. Lo ví. Pero eso es una forma de decir, porque la verdad es que no se ve un carajo. Se ve un pito, y una cara de mina, y poco más. Podría ser yo, prácticamente, de no ser porque mi pene no entra en una boca humana, jajajajajaja… JAJAJAJAJAJA…
Imagino que no debe ser el mejor sexo oral del mundo (me prometí ser virgen hasta el nacimiento de mi primer hijo, cosa de que el niño pueda decir que tiene un padre puro en un mundo sucio y enfermo), pero debe ser también lo bastante bueno –de acuerdo a los estándares internacionales- como para que esta mina haya querido filmarse haciéndolo, lo cual algo dice. Además, una mina que le encaja a otra un martillazo en la cabeza es, a todas luces, una mujer de entusiasmo y energía.
La agredida (el actual potus fallecido) se llama Carola Bruzzoni. Se llamaba. Bah, después de muerta se sigue llamando así. La diferencia está en que si la llamás no responde. A menos que lo hagas a través de Whoopie Goldberg. Ahora que lo pienso, Whoopie Goldberg es un nombre muy judío. No me había dado cuenta. Ahora estoy dudando acerca de si se escribe Whoopie o Whoopi. Esto de escribir en un blog es muy complicado. Pero resulta que el bar donde ambas amigas trabajaban (la más veterana como cocinera, la más joven como camarera) se llama “Matute”, lo cual no deja de sonar degenerado, irónico, perverso y tierno, todo al mismo tiempo.
Ahora bien, ¿Se habrán engañado entre sí estas amigas? ¿Le habrá puesto cuernos la una a la otra, o la otra a la una con el novio o marido de cualquiera? Algo interesantísimo de saber, es precisamente esto: la tarjeta de memoria del celular de la discordia, no aparece. No está ni muerta, ni viva: está desaparecida. Lo cual me lleva a la más lógica de las conclusiones:
El martillazo se debió a otro video, y no al que se dio a conocer. Y ese es el que tenemos que conseguir.
Pero resulta que entonces aparece una tercera amiga, o compañera de trabajo, o algo así, diciendo que la agresora martilló debido a que la difunta planeaba mostrar el video porno éste (que hace meses que da vueltas por el barrio), pero durante la fiesta de casamiento. Ese casamiento que se canceló, debido a que el novio se hace el sorprendido y ofendido y consternado y descolocado, a pesar de que inició su relación con esta yegua cuando la misma aún estaba casada con otro tipo. Porque a los hombres les gusta pensar que las mujeres son bien putas con uno pero que no lo van a ser con otros. Porque somos los mejores amantes del mundo o algo así. Como si todos tuvieran un miembro como el mío, jajajajaja… JAJAJAJAJA…
Yo sinceramente no entiendo eso de la infidelidad. Digo, lo de Tiger Woods, por ejemplo. La gente aparece ahora angustiadísima debido a que un negro joven se aprovechó de sus millones de dólares y fama teniendo sexo con cuanta yegua espectacular supo cruzársele. A mi me habría parecido extraño que no lo hiciese. Sandra Bullock también se enteró de que su novio (o marido) fanático neonazi la engañaba con una fanática neonazi de las que se tatúan esvásticas y frases acerca de la supremacía blanca.
Pero a decir verdad, tampoco entiendo muy bien eso del sexo. Fíjense:
Hay gente (entre ellas muchas mujeres) que aún quiere convencerme de que Madonna es sexy o está re-buena para sus 51 años de edad. Después tenés a todos esos loquitos peligrosos que escribieron “Sex and the city” y que trataron de convencerme de que Sarah Jessica Parker es una mujer hermosa y deseada por todos los habitantes de Nueva York. Especialmente los hombres apuestos. Cuando yo me enfiestaría con Jennifer Tilly cualquier día de la semana, y ella también tiene 51 años de edad. Pero parece que muy bien no entiendo. Veamos otra historia de amor y sexo y llamados pasionales que me confunde:
Actualmente, Steven Seagal está siendo demandado por una modelito de 23 años llamada Kayden, quien dice hacer sido contratada para ser la asistente personal de Seagal pero haberse desempeñado solamente como una sirvienta (y cito) “de sus extraños y a veces violentos deseos sexuales”. Parece que la minita descubrió, después de ser contratada, que Seagal ya había tenido otras dos asistentes rusas a su disposición, las 24 horas del día. Hizo la denuncia y a las pocas horas Seagal la tenía del cuello, forzándola a ingerir píldoras ilegales. Al otro día, Seagal le dijo que todo había sido un malentendido pero al rato ya estaba asaltándola nuevamente, cosa que se interrumpió cuando esta Kayden salió corriendo a la voz de: “mi familia va a sospechar si no voy a casa esta noche”. Lo mejor, sin embargo, vino después, cuando Seagal le ordenó no salir de la casa y la siguió con una pistola equipada con una linterna táctica hasta que ella saltó hacia el interior de un taxi.
¡Ah, el placer de la cacería! La gente se ríe de mí cuando les cuento que mantengo a mis esclavas sexuales encadenadas a la base de la medianera del fondo. Bien, ¿Quién se está riendo ahora, eh?
Entonces, la pregunta del día es: ¿Les han sido infieles alguna vez? ¿Han sido infieles? ¿Dónde empieza la infidelidad? ¿Darle un beso a otra persona es infidelidad? ¿O recién es infidelidad cuando hay contacto genital de alguna de las dos partes? ¿Cómo funciona el asunto? Por favor, no salgan a decirme cosas del tipo “yo me soy fiel a mi mismo/a”, porque eso nadie se lo cree. Es el equivalente a decirle a tu pareja que te fuiste a un quilombo con tus amigos porque te gusta la música que se pasa en esos lugares, o algo así.
Y sé muy bien que si quisiera atraer a una nueva generación de lectores debería mostrarme cool y decir algo como: “Una infidelidad se debe a que ambas partes en la pareja no supieron resolver su intimidad: es culpa de los dos”, pero humillar a tu pareja públicamente de tal manera no está bien. Una cosa es que tu esposa aumente mucho de peso, digamos, 5 kilos, o que se corte el pelo cortito y parezca un tipo. O que conozcas a una nueva chica en tu trabajo y quieras culeártela. O que estés muy seguro de que tu esposa no se va a enterar, o que estés muy enojado con tu novia, o que conozcas a una chica nueva que te tira onda y tiene pechos más grandes que los de tu novia, o que te cruces con una ex-novia, o que estés en una fiesta en la que una minita que está re-buena queda arruinada de tanto tomar alcohol y no haya testigos alrededor.
Pero esas son las únicas razones válidas. Fuera de eso, no podés.