Sacados y enloquecidos. Me refiero a los Kirchner, por supuesto. Más que de costumbre. Llevaba rato sin escribir y me di cuenta precisamente de que estaba dejando pasar muchas situaciones. La del fútbol arreglado, lo del payaso de Reutemann puteando, lo de la marihuana despenalizada para el consumo, lo del prefecturiano que se defendió a tiros y resultó ser un asesino nomás porque salvó la vida, y otras cositas. Pero escuchando la radio…
Abro paréntesis:
(porque ahora no miro la tele: la uso únicamente para jugar a los videos, porque tengo un conflicto de intereses con la empresa proveedora de cable que quiere que le pague, y yo no estoy de acuerdo porque no tengo dinero, y voy a esperar a que baje el precio de sus servicios para volver a conectarme, ya que me contó mi cuñada -que trabaja en esa empresa- que están desesperados, ya que desde que pasó lo del fútbol gratis, ellos no dan abasto para manejar los llamados de gente que pide la baja)
Cierro paréntesis.
… pude enterarme de algo que me llevó a repensar la bandera de los Kirchner, esa de los derechos humanos y la lucha de la libertad de expresión. Esa bandera de discurso vacío que los tiene sacados, enloquecidos, y brindando la imagen terrible de un dóberman de ojos vendados que tira tarascones en todas direcciones. Pero recapitulemos.
Evidentemente, el discurso de los derechos humanos le ha resultado efectivo a la presidente. Así como en los Estados Unidos cualquier cosa que termine en “que no vuelva a suceder el 9/11” es apoyada por todo el pueblo, del mismo modo le ha funcionado a la presidente eso de meter a los desaparecidos hasta en las propagandas de Serenito, lo que es decir, todos sus discursos. Y ojo, que no estoy cuestionándole la oratoria, sino más bien todo lo contrario. Cristina Fernández es probablemente la mejor presidente que la Argentina ha tenido en toda su historia en lo que se refiere a los discursos (es, por ejemplo, la única capaz de abrir paréntesis extremadamente largos y retomar el discruso sin desorientarse). Habla muy bien, realmente. Es la que mejor improvisa después de Aníbal Fernández, quien viene a ser una cosa así como un Octavo Dan en Debate estilo peronista, mientras que Néstor parece (diría una conocida mía) «un presidente de centro de estudiantes desbordado, que amenaza y grita».
Pero cuando escuché que comparaba los goles secuestrados por “Torneos y Competencias” con los ciudadanos secuestrados durante el Proceso de Reorganización Nacional, medio como que me hice caca o algo así.
-¡Por el tridente de Neptuno! –pensé-. Se le salió la cadena a la loca de mierda ésta.
Y corrí en dirección a la biblioteca, hasta alcanzar el muro falso detrás del cual guardo mis armas. Pero antes de hacer girar la empuñadura de la espada de la armadura (que decora la habitación) y activar las rejas anti-zombi que rodean mi propiedad, entendí que la presidente había sufrido, probablemente, un nuevo cambio en su medicación.
Unos pocos días después, con el asunto ese de la nueva ley de radiodifusión que se quiere aprobar, la hipótesis se confirmó. Porque la presidente entró a decir que la ley ésta de la radio era la radio de los dictadores y gracias a esta gestión iba a pasar a ser la ley de los desaparecidos.
Pero volvamos a lo que hoy escuché en la radio.
Resulta que una mina (estudiante universitaria) lloraba y contaba que en Santa Cruz (más precisamente en Caleta Olivia) se había reunido un grupo de mas o menos, aproximadamente, doscientos trabajadores. Se habían reunido estos fulanos (en su mayoría mujeres) para reclamar trabajo o algo así, inspirados quizá en la manifestación (o algo así, porque simpre es algo así) de los trabajadores petroleros. Pero el gobierno reaccionó enviando un grupo de efectivos que tiraron gases a diestra y siniestra. O a siniestra y siniestra, porque se supone que el Kirchnerismo es la izquierda, o algo así. Eso dicen ellos. Yo conozco pocos tipos de izquierda, y los que conozco manejan automóviles cero kilómetro y viven de rentas. Pero les decía, además de los gases, cagaron a palos a una buena cantidad de manifestantes y luego los subieron a móviles sin destino fijo, valga la redundancia.
“Hoy estamos buscando desaparecidos”, llegó a decir la minita entre sollozos que me recordaron a los emitidos por la última mujer a la que proporcioné mis servicios sexuales. Hey, la culpa fue suya. Yo antes de empezar le había dicho que “era muy gruesa”.
Y yo me pregunto, entonces, digo… ¿No será que seguimos aún hoy en una dictadura? No crean, por favor, que he caído en el cliché. No es así. Lo que creo haber entendido es lo siguiente: No es que hoy los gobernantes sean menos dictatoriales que antes: lo que pasa, es que hoy la gente corre. Alcanza con demorarse y no correr lo suficientemente rápido (o no querer hacerlo) para que te alcancen, a la voz de los derechos humanos. Para que tus seres queridos te tengan que ir a buscar a comisarías en las que nadie dice haberte tenido demorado, y donde nadie sabe donde estás. Así, yo también puedo ser presidente. Así, hasta Chávez puede ser presidente.
Porque derechos somos todos, pero algunos son más humanos que otros. Y destruyendo cualquier sentido narrativo que pudiese haber tenido este artículo, la pregunta derecha y humana del día es: ¿Cree usted que se hace bien despenalizando el consumo de sustancias abrumadoramente alucinógenas cuando la presidente recurre a ellas de todas maneras? Antes de decir que sí o que no, le pido que tenga en cuenta lo siguiente a fin de no volverse involuntariamente hipócrita cayendo en un berenjenal del que no es capaz de salir. Créame, no es capaz.
1) La droga no es mala: lo que hace alguna gente cuando se droga es lo peligroso.
2) Lo que quiere decir que la gente es la peligrosa, y no la droga.
3) Porque la droga es un objeto inanimado, incapaz de daño por si mismo.
4) Como las armas de fuego, que son malas en malas manos.
¿Está usted a favor de la libre tenencia y portación de armas de fuego? Yo sí, y por eso es que, aparentemente, estoy a favor de la despenalización. No sabía, pero parece que sí, lamentablemente. Aunque yo muy bien no entiendo, ya que la cosa sigue más o menos como antes. Digo, en mi barrio la gente pasa fumandose un porro y lo más tranquilos todos. La diferencia está en que ahora ya no va a ser delito vender, debido a que no hay regulación y a que el criterio de un policía va a ser el que diga si estás o no traficando.
Está muy complicado eso de vivir en este país. ¿Se enteraron de eso de que Holanda está importando presos de otras cárceles de otros países europeos debido a la baja tasa de delincuencia que está por dejar sin trabajo a mucha gente del servicio penitenciario nacional?
Yo creo que lo dijeron nomás para reirse de nosotros. Como cuando alguien se lamenta y dice que va a tener que va a tener que gastar un montón de plata para agrandar el garage y que le entre la 4 x 4, o algo así.