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Archive for agosto 2011

Ponerla a Macerar


Si, si, ya sé que todos están ocupados buscando a Candela. Pero yo quiero festejar que la encontré a Graciela Alfano. Porque me pregunto qué vale más, si encontrar a Candela o si encontrar a Graciela Alfano.

No se confundan: creo que es importante encontrarla a Candela, como sea que esté. Viva o muerta. Muerta, bah, porque pienso que efectivamente esta pobre chica está muerta y en una bolsa, por ahí. Digo, cualquiera que haya hecho un viaje fuera del conurbano sabe que la República Argentina es un enorme baldío en el que sobran los yuyales donde enterrar a alguien y que la encuentren dentro de cincuenta años, con suerte. Yo mismo a veces planeo hacer cagar al vecino que me chocó el auto y se hace el pelotudo a alguna persona al azar, cortarlo en pedazos, meterlo en bolsas, repartirlo en los basureros de los barrios cercanos una madrugada y ver si lo encuentran. Se me hace que debe ser re-fácil. Pero fácil mal, mal.

Dirán ustedes: “que enfermo hijo de puta, como va a joder con la nenita perdida”. Bueno, si, seguro, por lo del descuartizamiento también van a sospechar que mi terapeuta no está haciendo su trabajo. Pero la verdad es que eso de luchar por una causa que al Estado no le interesa (ya que no existe un organismo especializado y dedicado exclusivamente a buscar personas perdidas) se me hace de “desestabilizador anti-Kirchnerista”, cosa que yo no soy: mi rol es el de ser opositor suavecito. Además, soy profesor de pre-adolescentes y trato a diario con la negligencia y estupidez de demasiados padres a lo largo del año como para encima engancharme con un caso que salga en la televisión.

Esa línea de razonamientos, ligada indefectiblemente al hecho de que en esta tierra se supo desaparecer personas de la peor (o la mejor, si se rige uno por la efectividad y no por la moral) manera, me llevó a pensar en lo de Graciela Alfano, vieron ese asunto de la Alfano, que terminó diciendo que “si te acostás con un genocida no te acostás con los 30.000 desaparecidos”. Faaa… Sacale la pelusa a ese durazno.

Y es por eso que opté por escribir este artículo homenajeando la postura que tomó la Alfano. Pero no porque yo sea pro-dictadura (si quieren escribo otra cosa llena de locuras en la que sea así), sino porque lo que hizo la Alfano me pareció impresionante. Fíjense sino, que dejó pasar una oportunidad de oro de canonizarse, en una gestión de gobierno que es amiga de los derechos humanos relacionados a lo que algunos dieron llamar “el terrorismo que se enfrentó al terrorismo de Estado”.

Aquí les pongo lo que yo hubiese dicho, en caso de ser Graciela Alfano:

Sí, sí, me acosté con Massera, y fui su novia y su amante, porque no me quedó otra. ¿Vos sabés el miedo que tuve cuando me enteré de que yo le gustaba al tipo? ¿Vos sabés el miedo que sentía mamá cada vez que sonaba el teléfono en casa cuando el tipo se puso pesado? ¿Te creés que no dije que no varias veces hasta que dejaron una invitación para una fiesta y una foto mía en la casa de mi mamá? ¿Te pasó a buscar alguna vez un auto diciéndote que “el almirante” quiere verte esta noche? (lágrimas) ¡Yo así le salvé la vida a mi familia, pelotudo! ¡Estoy hablando con vos ahora porque me dejé fifar, me hice la novia y me salvé! ¿Te creés que no pasé por más miedo que el que vos vas a tener en tu puta vida?

Y listo, a la mierda. Discutime el hecho (falso, pero probablemente cierto) de que yo haya sentido miedo por mi vida. Discutímelo desde tu comodidad menemista. Discutímelo cuando tengo 58 años de edad y hasta me debés respeto porque soy una mujer mayor.

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Como cuando escribí este artículo yo no tenía idea de que fuese a haber eso que son elecciones primarias, la verdad es que creí que mi voto castigo iba a ser el único voto que iba a emitir por un buen rato (me molestan estas cosas que me hacen interrumpir mis sesiones de levantamiento de pesas) y me quedé como en el molde, por decirlo de alguna manera. Votase a Cristina o no (siempre más cerca del no), iba a tener que lidiar con el hecho de que TENGO UNA DE LAS NETBOOKS DE CRISTINA MIRÁ LA FOTO JAJAJAJAJA. LA MIA DICE ANSES Y PRESIDENCIA DE LA NACION POR TODOS LADOS PERO ES GRATIS GRATIS GRATIS Y NO SE SI SIRVE PARA OTRA COSA PERO LE PONGO EL NINTENDO DS PORTABLE QUE TENGO INSTALADO EN EL PENDRIVE Y LO CORRE BÁRBARO JAJAJAJA…

compuPerdón, decía, tengo una de las netbooks de Cristina y el Plan “Educar igualdad y conectar o algo así. Pará que leo lo que dice: “conectar igualdad”, ahí está.

Y en mi conciencia pesaba eso de tener “la muñeca de Evita del siglo XXI” y no haberla votado nunca a la loca de mierda esa. Por otro lado también me da un poco de miedo pensar que lo del embarazo de su nuera era mentira y que terminaron por armar (pero dentro de la familia) una actuación semejante ala que armaron con lo del “desaparecido Geréz”, a quien lo podías ver tomando mate en la puerta de su casa acá en Virreyes. Se me hacía como muy macabro, y a mí me parece tonto hacer enojar a alguien que es capaz de hacer semejante cosa, porque yo también podría ser capaz de semejante cosa, y soy muy perturbadito y respeto a mis perturbados semejantes porque nunca se sabe. Pero les decía: sentía cierta necesidad de votarla a Cristina, y fue entonces que conseguí esta oportunidad de llevar a cabo algo a lo que me referiré de ahora en mas como a “Voto masturbatorio”.

-¿Por qué?-, se preguntarán ustedes, siempre llenos de preguntas en lugar de seguir leyendo. Fácil, porque es casi como un voto triunfador en democracia, pero no llega a serlo. Un simulacro. Un alguito. Paso a explicar:

Mientras miraba las últimas hojitas de mi DNI y caminaba rumbo a la escuela en la que me tocó emitir sufragio (que es “votar”, brutos de mierda) me di cuenta de que mis votos anteriores habían sido votos perdedores y honorables. Quiero decir: eran fieles a mis convicciones de votante, y habían sido todos rotundos fracasos.

Me di cuenta, entonces, de que era virgen en lo que se refiere al voto triunfante. Y como todo virgen, me pregunté acerca de lo lindo que debe sentirse la gente que vota y, horas después, ve a su candidato ganar y gobernar por cuatro, o seis años, o lo que dure el tipo a cargo. Porque mis padres lo experimentaron, y mucha gente que conozco también, pero yo no sabía lo que era, o lo que se sentía.

Son las diez y media de la noche del domingo (es probable que publique esto el martes) y con estos resultados, puedo decir que votarla a Cristina habría sido tener sexo. Sobre las características de esa relación sexual, bueno… todo cambia dependiendo de cómo la votaste a Cristina, o porqué.

Si la votaste pensando que es lo mejor y después disfrutás cada minuto, entonces debe ser como ponerla con esa mina que no podes creer haberte levantado, por primera vez. Esa mina a la que todos se quieren (y no pueden) voltear en la oficina, te la está chupando, y te va a dar la cola antes de que termine la noche. Y se siente así. En caso de ser mujer, cabe reemplazar lo anterior por: “Ese compañero de la facultad que maneja un 0km y te mira todo el tiempo y te busca para hacer los trabajos en grupo, no sólo tiene un termo sino que además lo sabe usar muy bien”. Votarla a Cristina así, debe estar re-bueno. Y yo no tengo nada contra la gente que la vota creyendo en su voto.

Me dirán ustedes que hay algunos que la votan porque es un voto seguro. Que un voto es un voto aunque no te convenza demasiado, y aun a sabiendas de que hay posibilidades más arriesgadas que no sabés si te harían mas o menos feliz, pero que resultarían cuando menos, distintas. Bueno, hay gente que a eso lo llama sexo marital. Si yo la hubiese votado a Cristina, hubiese hecho eso: ponerla. Un voto es un voto, y un culo es un culo.

Pero no la puse.

Hoy, votándolo a Altamira para presidente, me clavé un voto masturbatorio. Es parecido a ponerla, pero no tanto. Fue casi como ganar la elección, pero no gané. Y lo hice a solas, y a puertas cerradas. Tuve mi pequeña victoria, pero no gané en realidad. Y por eso, mi voto fue masturbatorio. Me provocó un pequeño bienestar, pero nada más.

La pregunta entonces es: “¿La pondré en octubre?”

Me guardo eso de ponerla para más adelante, supongo. Imagino que no va a ganar la persona a quien vote próximamente, pero es seguro que no voy a clavarme otra paja con Altamira. Y menos mal que esta afirmación la están leyendo ahora y no al principio del texto, porque ahora que la veo así escrita, puede dar lugar a horribles confusiones. Quiero decir: Altamira tiene a todos sus seguidores, y no necesita a un burguesito de derecha como yo para agrandar su padrón: para eso están Mariano Ferreira, los anarquistas de papá en Vento y todos esos porreados que no saben ni donde están parados y van a ir a votar mañana lunes, o que se quedaron leyendo a Marx y se les pasó la hora. Sabe Dios que si yo fuese archimillonario no usaría mi dinero para acabar con las desigualdades sociales. Es más, no usaría papel higiénico en el baño, sino que tendría un cesto de mimbre lleno de chinchillas vivas y me limpiaría el culo con ellas. Que lo voten ellos: yo ya me puse contento sabiendo que van a estar en las elecciones de octubre. Como quien mira un video porno, los usé a la distancia y ellos me usaron sin conocerme. Nada más.

Y si la persona a quien pienso votar no va a ganar de todas maneras, bueno, a seguir virgen. Así me aseguro de no contagiarme nada (el Kirchnerismo te baja las defensas y te expone al Peronismo, que es una de las más letales y endémicas enfermedades de transmisión sexual), mas allá de que todos corramos el riesgo de que nos rompan el culo el culo.

Por eso, si alguien quiere desflorarme (¿se escribe así?) les pido que sea con una chota enorme, cosa de que las posteriores no duelan tanto, o inclusive “bailen”, en caso de ser posible. Es una de las hipótesis que tengo acerca de lo que hay que hacer si vas a prisión: tenés que hacer que te viole primero el que la tenga más grande.

Tengo muchas hipótesis, sí.

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Resulta interesante el asunto este de las elecciones. Si ustedes se están preguntando acerca de si voy a escribir haciendo de cuenta que no estoy teniendo un promedio de una publicación cada dos meses, la respuesta es sí. Lo mismo si se preguntan acerca de mi enorme vigor sexual: sí, se ha multiplicado a niveles inalcanzables.

Me gustaría poder decirles que en realidad no escribí nada respecto a las elecciones de Macri en Capital Federal porque estaba guardándome para cuando el balotaje hubiese hecho de las suyas, pero lo cierto es que vengo maquinando lo que iba a decir con mucho cuidado, cosa no demasiado frecuente en este horrible sitio web, y que no escribí porque me bajé el Diablo 2: Lord of Destruction y estoy jugando con un Druida nivel 32 que anda como trompada.

FilmusSi me preguntan las razones por las cuales perdió Filmus, la verdad es que me ponen en un quilombo. Unos boludos, ustedes, eh. Dos meses sin escribir y me vienen a preguntar eso. Digo, yo te puedo organizar un asado en la parrilla (me encanta pretender que la carne, los chorizos y eso son piezas de tetris a acomodar), o una resistencia contra los zombies, pero en lo que se refiere a la política mucho no puedo decir ni hacer porque creo haber nacido en la época equivocada a esos fines. Pero voy a intentar, siempre desde mi clara postura de tipo que está en contra del Kirchnerismo debido, más que nada, a esa mezcla tan absurda de patoterismo y corrupción que la convierte en un extraño híbrido que podría entenderse como “una izquierda de derecha”, o “un progresismo lleno de los vicios de la derecha”.

¿Perdió Filmus o ganó Macri? Es la primera pregunta que hay que hacerse. Después de la segunda vuelta, quedó claro que la presidente salió a felicitarlo a Macri por el triunfo para que fuese eso: un triunfo ajeno, y no una derrota. Todo el oficialismo salió a reconocerle a Macri cualidades que, hasta el mes pasado, supongo que no tenía, porque nadie se habría animado a destacárselas. Y como no soy un hijo de puta, voy a jugar con las reglas de Cristina y hablar como si Macri hubiese ganado por mérito propio. Porque en una de esas, ganó. Y espero que mi madre jamás haya cobrado por sexo, ya que de lo contrario me haría quedar muy mal con mis lectores, dado lo que acabo de escribir. Por suerte mi viejo era virgen (por eso yo nací puro y sin mancha).

Macri ganó porque la gente vota cómoda. Es probable que Cristina gane por el mismísimo motivo, más que por el aparato mafioso-político tradicional del Peronismo y sus derivados (y que conste en acta que no estoy criticando sino describiendo). Si vivís en la Ciudad de Buenos Aires y estás todo cagado pensando en que cualquier tipo de cambio puede acabar con tu trabajo, economía, vivienda o estado de animación suspendida y/o flatulenta, lo votás a Macri para que todo siga más o menos igual y ya está. Del mismo modo, si vivís en la Argentina y se te frunce el ano (como a Juanita Viale, si) de sólo pensar en que el cambio de manos del poder puede convertirse en una catástrofe económica y que no vas a poder pagar el crédito hipotecario o te van a pataconizar el plazo fijo si el Kirchnerismo sale del poder, entonces, la votás a Cristina. Es simple: nada complicado. Nuestros genes funcionan de la misma manera, buscando la estabilidad. Nuestra conducta (todo acto de conducta, dirían algunos psicólogos) tiende a recobrar un estado de “equilibrio” en el que las necesidades son nulas.

Macri ganó porque Filmus quedó muy solo. Como sucede en la segunda parte del Eternauta, el verticalismo Kirchnerista (Montonero) se cobró las victimas que tuvo que cobrarse, y Filmus murió en el promontorio para que se salvaran los de las cuevas. Porque lo que importa es la causa, y a Filmus le tocó morir. Cuando digo que la presidenta salió a felicitar a Macri estoy suponiendo –obviamente- que al pobre Filmus lo dejaron más solo que a Ringo Bonavena (a quien cuando sonaba la campana le sacaban “hasta el banquito”) y ni lo llamaron para pedirle disculpas. El Kirchnerismo no sabe ir perdiendo, y cuando quiso darse cuenta, Filmus estaba solo, solo, solo. Hábil para hacer mutis por el foro, Cristina todavía no dijo nada acerca de los escándalos de la fundación (Abuelas o Madres, no recuerdo), ni acerca de los muertos en el asunto de azúcar Ledesma, ni de los departamentos del Juez de la Suprema Corte, ni de nada serio que sea para quilombo. Como será de así la cosa que hasta lo del campeonato de fútbol “Todos contra todos” tuvo que tirarse atrás cuando se hizo “piantavotos”, quedando Grondona como único (y astromillonario) responsable.

LarretaMacri ganó porque lo tiene a Rodríguez Larreta. Ese tipo me cae abrumadoramente bien. ¿Cómo no te va a caer bien un tipo que hasta se agarra la gripe N1H1 de tan inevitablemente metido que se encuentra, haciendo el trabajo que su jefe debería hacer? Choto o no, me cae bien de un modo parecido al que me cae bien Aníbal Fernández, brindando una imagen de eficiencia e idoneidad en la tarea que se les encomendó hacer. Anibal es el tipo de abogado que quiero que me defienda, mientras que Rodríguez Larreta es el tipo de secretaria omnisciente que quiero en la oficina, cosa de poder ocuparme de lo que se me venga en gana sabiendo que no voy a lamentar mi ausencia en tal o cual asunto. Si sos el emperador de China, Rodríguez Larreta es el que te baña y prueba tu comida para ver si no te la envenenaron, mientras que Aníbal es el que dice que vos no le envenenaste la comida al emperador anterior y que esa botella de veneno con tus huellas digitales no es evidencia porque todos los chinos son iguales y tienen mas o menos los mismos dedos. Ambos son muy útiles y encantadores, cada uno a su manera. Pero Rodriguez Larreta se parece a Tom Noonan, el actor que hace de Cain en Robocop 2 (y de Ripper en «El último gran héroe», con Arnold).

Macri ganó porque el PRO parece menos cargado de los corruptos de siempre. Quiero decir: El PRO no tiene una historia de corrupción tradicional porque, simplemente, no tiene historia. Es probable que quienes lo integran no sean sino los peores pelafustanes en la historia de la Ciudad de Buenos Aires, pero lo bueno es que aún no se les ha dado el suficiente tiempo como para demostrarlo. Si Dios quiere, pronto mostrarán la hilacha con un buen escándalo o empezarán a acumular riqueza de modos graciosos e indisimulables (que es para lo que uno se mete en política, a fin de cuentas). Imagino que debe ser muy fácil entusiasmarse en el proyecto, si uno es incauto o no sabe en lo que se está metiendo.

Macri ganó porque Fito Páez es anti-macrista.
Fito fue un pelotazo en contra de los buenos, representando muchas de las cosas que más aborrece la gente que no vota al Kirchnerismo (entre quienes me incluyo, por ahora). Esa cosa horrible de no saber perder ni siquiera a la bolita, y de responder con la intolerancia más conservadora. Esa cosa de creer que absolutamente nadie es más inteligente que yo, que nadie la tiene más larga que yo, y que nadie tiene la razón, salvo yo. Yo, en este caso, fue Fito Páez, que lleva un par de décadas sintiéndose el tipo más genial de la Argentina (padecimiento que comparte con Alfredo Casero). Y sabe Dios que Fito no tiene razón nunca, de un tiempo a esta parte. Porque yo a Macri le banco el hecho de que me haya dado el Boca de Bianchi. Ya con eso hizo por mí más que cualquier otro de los políticos de los últimos treinta años. Pero a mí me dan mucho asco las películas que hizo Fito, en serio, tratá de ver una y vas a ver que te dan ganas de hervir un paquete de Duracell “doble A” y hacerte un enema con el caldo.

Macri ganó porque no impulsó la Nueva Ley de Educación Nacional. Filmus redactó la ley de educación menemista (la que destruyó la escuela como la conocíamos), y luego, como un Pedro moderno, negó su pasado menemista hasta que cantó el gallo, llegando al Kirchnerismo y atacando la política educativa de los ’90, más suya que la mierda (un triunfo lo del Polimodal y la EGB, Filmus). Los negocios con bienes públicos que hoy tanto le critica a Macri son los mismos que apadrinó durante los días dorados de las escuelas shopping. Compará cualquier cosa que Filmus haya hecho durante los últimos veinte años con el segundo gol de Palermo al Real Madrid, o el último penal atajado por el Pato contra el Milan.

Pero antes de cerrar, les digo, que yo no lo votaría a Macri para presidente, ni lo voté previamente (ya que vivo en provincia y no me mudaría a Capital a menos que me viese obligado a hacerlo debido a una explosión atómica en la sodería a seis cuadras de casa). Por si alguno no se dio cuenta, todavía. Digo. Por las dudas. Mi idea era la de sólo poner las cosas en perspectiva, desde la humildad de estos párrafos opositores al papanatismo. A fin de cuentas, si hubiese querido hacer campaña, hubiese escrito algo antes.

Y ahora, lo que ustedes estaban buscando: un video de Youtube en el que no aparece Silvina Luna practicándole sexo oral a su novio. Traté asimismo (no me acuerdo si está bien usada la palabra porque hace mucho que no escribo) de buscar una foto mejor que la del ano de Juanita Viale en primer plano para imaginarme como sería el ano de Juanita Viale, pero aparentemente Internet no lo tiene todo, mis estimados lectores.

Yo también me sorprendí, sí.

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