Yo por Dentro – Guías, listas, manuales, etc.
Habiendo hecho con precisión la lista de las mejores muertes posibles, creo que el equilibrio cósmico debe reestablecerse confeccionando la lista de las peores formas de abandonar la existencia física, o como suele decirse en el idioma grosero y vulgar del vivir diario, defecar más bien ígneo. Algunas están gastadas (o fueron robadas), pero siguen siendo válidas.
10-Como Terry Schiavo. El hecho de que las personas que más querés en el mundo se peleen como perros y terminen por dejarte morir de hambre y deshidratación después de haberte mantenido como a un potus durante los últimos diez o doce años porque tu cerebro está hecho baba y tu cuerpo no sirve, es malo “desde el vamos”. Sumale a eso el hecho de que vas a salir por televisión dando lástima en una batalla que tiene como únicos ganadores a los noticieros amarillistas carentes de escrúpulos, los fanáticos religiosos carentes de escrúpulos y los políticos carentes de escrúpulos.
9-Sufrir un accidente masturbatorio mortal mientras mirás una película de pornografía suave al estilo “The Film Zone”y que tu esposa se entere mirando la televisión. Es jodido el asunto. Y gracioso. Se rumorea que el antiguo vocalista de INXS no se suicidó, sino que falleció accidentalmente mientras se masturbaba y aplicaba al mismo tiempo una buena cucharada de asfixia autoerótica. Mucha gente muere así, y merecido se lo tienen, porque a la hora de masturbarse hay que saber que acogotarse en estéreo es peligroso, poco recomendable y nada honorable.
8-Que te despachurre la hélice de un avión cuando estás dándole una paliza a alguien. Caramba, esto si que debe ser fulero. Estás peleando con Harrison Ford (ganando fácil) y de repente al avión gira hacia uno de sus lados. No te das cuenta en un principio, pero llegás a darte vuelta justo para sentir el horror de que te feteen la cara al punto de dejarte la cabeza hecha puré. El asunto es ese: te diste vuelta, porque si no, no era para tanto.
7-Ahogarte mientras te bautizan de adulto en una iglesia evangélica. No sé si habrá pasado, pero me imagino que debe ser tan humillante como triste. Como si no hubiese sido suficiente el hecho de que para llegar a esa instancia tuviste que dejar de hacer todas esas cosas divertidas que hacías antes, y que todos tus amigos ya no quieren juntarse con vos ni te invitan a sus cumpleaños, vas y te quedás seco (irónías aparte) justo antes de comenzar a disfrutar del verdadero placer de amar a Dios. Idiota.
6-Desangrarte durante tu circuncisión de adulto. Es como la anterior, pero judía. Lo que quiere decir que a todo el asunto de la humillación pública se le suma el agravante de que al momento de tu fallecimiento ya llevás un montón de tiempo sin comer sánguches de miga. Y si no querés ser judío y lo hacés meramente por motivos estéticos, entonces tal vez merezcas morir. Hay tres cosas que jamás deben acercarse a un pene: bebés recién nacidos, pirañas y cuchillas.
5-Ser baleado por Emilio Disi o Guillermo Francella. Pasaste años entrenando a fin de convertirte en un verdadero ninja. Aprendiste cosas con las que el resto de los mortales jamás llegarían siquiera a soñar, ¿Para qué? Para que viniese ese par de pelotudos a tropezarse mirándole el culo a una mina, accionando de modo fortuito el gatillo de su fusil, descerrajándote una ráfaga de plomo en pleno torso justo cuando estabas a punto de degollarlos por la espalda. No hay derecho… por más que nadie sepa qué carajo estabas haciendo en un galpón en Lomas de Zamora… no hay derecho.
4-Que te viole un caballo hasta descaderarte y desgarrarte por dentro. Mujer: una empaladura tan épica como hípica debería ser mantenida en secreto y, de ser posible, en el mundo de las fantasías estúpidas que nunca te vas a animar a cumplir, por más pervertida que te pongas con el paso de los años en tu matrimonio. Creo que no hace falta aclarar que si sos hombre esta viaja directamente al primer puesto… No, flaco, no, eso no se hace.
3-Hemorragia cerebral, estrangulamiento de hernia o infarto tratando de hacer caca muy dura. Suena mucho mejor de lo que en realidad debe ser, ya que morirse en el baño con los pantalones abajo es de por sí humillante. Pero lo que hace de esta la casi peor de las muertes es la triste realidad de que muy probablemente (mientras llegabas a semejante instancia) pasaste tus últimos momentos violándote a vos mismo debido a la dureza de tus propias heces. Dilatarse el ano a solas, con dolor y contra voluntad, debe ser en cualquier caso lo más patético que pueda ocurrirle a ser vivo cualquiera.
2-Destrozado durante la suelta de toros en la que decidiste participar previo viaje a España en el cual invertiste todos los ahorros. Y no me estoy concentrando en las heridas que los animales puedan llegar a hacerte mientras te aplastan, o lo profundo que sus cuernos puedan llegar a hurgarte. Lo que hace de esta muerte la segunda peor posible es el hecho de que finalmente terminás despejando cualquier tipo de duda que tus amigos, compañeros de trabajo o colegio, parientes y demás conocidos hubiesen podido tener respecto a si eras o no retrasado mental. Eras. Y tus hijos van a tener que vivir recordándolo gracias a la cruel sinceridad de alguno de sus amiguitos, muy probablemente yo, o un hijo mío.
1-Ser aplastado por un fontanero italiano obeso que te salta encima y te revienta los órganos internos. Mierda, hay que ser un hijo de perra colosalmente sádico para andar por la vida arrojándose feliz y desde lo alto sobre otra criatura viviente. Los intestinos destrozados, las costillas perforándote los pulmones, la cabeza reventada contra el suelo y la consiguiente pérdida de masa encefálica, amén de probablemente un buen rato de agonía, si es que no fuiste desnucado (en el que sería el mejor de los casos) o sumido en la cuadriplejia (quizá el peor de los casos). La clavícula rota, hemorragias de toda índole… Una muerte horrenda, realmente horrenda.
Read Full Post »