Tres cosas fundamentales sabemos (acerca de mí) los que frecuentamos Damos Pen@:
1- Soy un amor de tipo.
2- Soy el tipo a quien recurrir en caso de invasión zombie, debido a que mi armario es más o menos como el sótano del tipo de bigote en la película “Temblores”, con Kevin Bacon.
3- Suelo relatar con equivalente entusiasmo las experiencias fascinantes y las no tan fascinantes.
La primera y segunda no se discuten. Y en relación a la tercera, es que quiero compartir con ustedes todo el asunto de viajar en avión, ya que debido a mi luna de miel en Kirchnerlandia (Santa Cruz) tuve que subirme a un aeroplano en dos oportunidades, una de ellas con escala, lo que quiere decir que hice tres vuelos. No había volado nunca en mi vida, cosa que no me hace sentir mejor ni peor, sino más bien menos “modernoso” que –por ejemplo- mis compañeros de trabajo, o algunos amigos de los que planean sus vacaciones a lo largo del año con tanta dedicación como la que yo le dedicaba al Street Fighter 2.
Algunos de ustedes son potentados terratenientes y oligarcas blancos, y muy probablemente no necesitan de este artículo, pero sé que también hay en este momento, en un Telecentro en Carupá que acepta se le pague con sexo, un pequeño niño de seis años tratando de saber qué se siente viajar en avión. “¿Cómo es viajar en avión?”, tipea el tierno niño en la barra de búsqueda de Google, mientras el dueño del negocio le guiña un ojo y se le sienta al lado, acariciándole la pancita. Y es para él que estoy escribiendo: para el dueño del Telecentro. Para él y también para el resto de nosotros, que no nos subimos previamente a un avión debido a que:
1- No tenemos el dinero para hacerlo.
2- No creemos tener el dinero para hacerlo (¿sabían que hay una ley que les permite a los residentes argentinos pagar los pasajes a mitad de precio teniendo en cuenta unas pocas consideraciones?).
3- No disfrutamos de viajar, no tenemos la necesidad de hacerlo y tratamos de evitar el hecho de tener que subir a un armatoste de acero repleto de combustible que se eleva miles de metros en el aire sujeto a un par de principios físicos cuestionables y que, cuando se cae, no suele dejar sobrevivientes.
Pero el asunto (me limitaré a contarles el viaje de ida, dejando el interesante regreso para otra ocasión) es más o menos así. Lo primero es llegar al aeropuerto. Mi radiante esposa y yo nos tomamos un taxi desde el microcentro hasta “Aeroparque”, que es como se conoce al Jorge Newbery. Hasta ahí, todo bien. Era domingo a la mañana y hacía bastante calor. Yo había desayunado aprovechándome del buffet libre del hotel y estaba que no sabía si cagarme o vomitar. Preferí esperar, debido a que se me hacía grasa eso de descomponerme antes de llegar al avión.
A “Aeroparque” se llega rápido. Cuando me vendieron el boleto de embarque (porque no te venden los pasajes sino unos cartones que te permiten acceder a los pasajes una vez despachado tu equipaje en el aeropuerto) me dijeron que debía estar allí una hora antes de salir, y yo cumplí. Allí, una señorita de piernas poderosas y mirada lasciva pesa tu equipaje, que no puede ser de más de 15 kilogramos por persona, so pago de multa. Aparte de eso, podés llevar equipaje de mano, pero no podés incluir allí elementos cortantes o punzantes, líquidos y otro montón de cosas que podrían ser usados por los terroristas, supongo. Una vez despachado todo, a mi esposa se le ocurrió ir al baño antes de ir a la puerta correspondiente para subirnos al avión, que todavía no estaba listo. Yo entonces hice dos pasos y en un negocio me compré una cámara de fotos descartable a pesar de que llevábamos ya una cámara digital, porque no se me puede dejar sólo y con plata en la mano.
Al ratito, tras caminar subiendo un par de escaleras, llegamos a la sala de espera. Allí, se espera. Cuando viene el avión, uno ya tiene el pasaje en la mano y camina a través de unos pasillos y mangueras con armazón metálico hasta abordar. Como curiosidad les diré que me tocó sentarme en la salida de emergencia (asientos no reclinables por motivos de seguridad), justo sobre una de las alas, lo cual me tuvo pensando bastante rato en la posibilidad de morir al abrirse accidentalmente esa compuerta.
En un principio, cuando ya estábamos todos sentados y con el cinturón abrochado, el avión comenzó a moverse, pero por tierra. De acá para allá, como un auto buscando lugar donde estacionar. Uno creería que las alas del avión son dos estructuras rígidas, afiladas como katanas y capaces de decapitar a quien se pare delante de ellas, pero no, nada que ver. Las muy malditas se sacudían flexibles hacia arriba y hacia abajo con el movimiento del vehículo, como aleteando. Lo cual me tuvo pensando bastante rato en la posibilidad de morir horriblemente en un accidente de los que algunas películas caseras en blanco y negro registraron tiempo atrás, cuando el hombre trataba de diseñar aviones monoplaza y para probarlos se tiraba en pijama desde un peñasco.
Y cuando el piloto (o Capitán) se acomoda en la pista, es que uno empieza realmente a pensar en la posibilidad de morir, porque el avión comienza a acelerar el motor sin avanzar, como un auto que levanta revoluciones en su motor dispuesto a salir quemando neumáticos contra el pavimento ni bien el semáforo le dé el visto bueno. Este avión en particular era de los medianamente viejos y relativamente pequeños, que llevan las turbinas y las alas en la parte trasera, por lo que las turbinas, por detrás de mí, rugían con un sonido cada vez más agudo, como diciéndome “que no se vaya a aflojar una tuerca porque esto sale haciendo sapito como un buscapié”. Lo único que me reconfortó un poco el alma fue el hecho de que en caso de estrellarnos, lo íbamos a hacer contra alguna de las villas miseria que rodean el aeropuerto, haciendo mierda a un montón de negros, a menos que el coso éste directamente explotase mucho antes de alcanzar a las embarazadas.
Pero cuando la turbina parecía no aguantar más, el avión se puso en movimiento. La azafata ya nos había dado las instrucciones, y nos había enseñado la forma correcta de utilizar las mascarillas de oxígeno y los salvavidas, elementos que yo habría estado muy dispuesto a cambiar por un… por ejemplo… no sé… un paracaídas, digo: a fin de cuentas no íbamos en una lancha. Y en sólo unos diez segundos de velocidad estábamos en el aire. Ahora bien, algo que en las películas no te cuentan es que el avión sube para arriba, pero para arriba en serio. El avión asciende en un ángulo unos 50° durante varios minutos, con el cuerpo echándose hacia atrás, casi como en un cohete. Nada de ir andando derechito: recién al rato uno puede sentir que la nariz del bicho baja y todo se endereza.
Las cosas se ven cada vez más chiquitas, y al rato todo se pone aburrido, porque no pasa nada. A la media hora de vuelo rumbo al sur, se ven nomás manchas marrones, nubecitas y algo de agua. Andá a encontrarlo a Julio López. Y uno se hace entonces a la idea de que el despegue ya pasó, y que morirá recién al intentar aterrizar en Bariloche, destino de unos y escala de otros (los que íbamos rumbo a El Calafate, por ejemplo). Pero fue entonces que conocí los pozos de aire.
Un pozo de aire es precisamente eso: un pozo. El avión viene derecho y de repente cae. Y ahí si que te sentís morir. Los que no llevan bien puesto el cinturón de seguridad se quedan arriba sin embargo, pero no fue ese mi caso, ya que por si las moscas no me quité el cinturón en ningún momento. Ni siquiera cuando vino la comida, que consistía en sánguches de queso amarillo y unas tostaditas con manteca. Lo bueno fue que a mí me tocó doble comida, porque la escala en Bariloche se produjo apenas pasado el mediodía. Me pedí dos cervezas para rociar todo el entrevero (el desayuno buffet ya estaba empezando a ejecutar un apartheid intestinal, con el yogur y el café por un lado y las medialunas de grasa y el jugo de naranja por otro), pensando también en aumentar mi nivel de alcohol en sangre, cosa de arder más rápido en caso de choque con otra aeronave o atentado terrorista.
Las azafatas (viajé por Aerolíneas Argentinas o Austral) estaban todas bastante buenas y tenían todas cara de cansaditas, especialmente una morocha “treintona” que iba apoyando sus nalgas por el pasillo entre los asientos, meta rozar, agacharse, rozar y agacharse. Y mas allá de que las prefiero lindas, lo que más me agradó fue el descubrir que no hay azafatas gordas. Imagino que un juicio por discriminación no podría llevarse a cabo debido a que un exceso de tamaño les impediría deslizarse y realizar su trabajo. Amén de que imagino que si soy el piloto y me encuentro manejando un cacharro de latón que sacude sus alas agradeceré se me libre de cualquier innecesario exceso de peso a fin de extender la autonomía de vuelo.
Pero, en definitiva, tras un rato de embole, las voces del avión (porque hay voces) te dicen que el comandante ha iniciado las maniobras de aterrizaje. La verdad es que el aterrizaje se siente mucho menos que el despegue, y si bien el avión rebota un poco, a esa altura yo ya me había hecho a la idea de la muerte y todo me daba más o menos lo mismo. Como aterrizamos obviamente sobre la pista y a una distancia prudencial de las construcciones del aeropuerto en sí, nos enviaron un colectivo a buscarnos, para acercarnos.
Seis grados de temperatura estaba haciendo en El Calafate en ese momento, y además llovía. Entramos mucho antes que nuestro equipaje, el cual apareció por una cinta transportadora, todo mojado. Lo cual me tuvo sin cuidado, ya que la previsión de mi esposa había insistido lo suficiente como para hacer que todas nuestras pertenencias se encontrasen envueltas en bolsas de nylon, dentro de los bolsos.
Y eso es todo lo que tengo que decir al respecto al vuelo del viaje de ida.
En otro orden de cosas, no voy a ponerme a debatir acerca de si está bien o mal el hecho de que Tinelli ponga a bailar a un ciego en el 2008 o el hecho de que haya puesto a patinar a un montón de mogólicas en el 2007. Siendo éste un sitio web en el que quien suscribe se desquita con un esclavo infradotado y son próceres tanto los payasos pedófilos como quienes bromean con hímenes, creo que podremos dejar pasar todo el asunto sin ponernos eufóricos. Lo mismo el humo loco ese: soy asmático y era hora de que el resto del mundo sintiera lo que yo siento cada vez que cambia el clima.
Me pregunto si esto de Internet existirá dentro de veinte o treinta años. Va a ser muy difícil la tarea de ponle límites a un hijo mío después de leerme en este tipo de situaciones.
Mantis, su post me conmueve (incluso la parte en la que se reconforta por llevarse un montón de «negros» consigo; sólo que eso me conmueve negativamente) porque comparto con usted algunas cosas:
1) Nunca he viajado en avión.
2) No tengo el dinero para hacerlo y, de tenerlo, preferiría pagar lo que cuesta un ómnibus, que es -de movida- menos de la mitad.
3) No tengo lugares muy lejanos adonde ir, y si los tuviera trataría de ver qué posibilidades tiene el punto 2.
4) Sufro de cinetosis. La cinetosis consiste en que uno no se puede subir a una calesita si previamente no se toma un Dramamine, droga indicada contra los mareos y las náuseas. Sospecho que para un cinetósico, los aviones y los barcos están prohibidos.
5) Comparto ese resignado sentimiento de que uno se sube al avión despidiéndose -de manera provisional, al menos- para siempre de todo. Con el avión no hay medias tintas: o sale todo más o menos bien, o sale muy mal.
6) Es una alegría tenerlo de regreso para liderar el ejército contra los zombies. Ahora, todo bien con que sea un juego, pero, ¿cuándo vamos a tener zombies en la realidad, caminando rengamente por las calles? No veo la hora. (Esto no tiene que ver con lo anterior)
Increible relato, querido..
La primera vez que viaje en avion hace muuuucho me paso todo eso. Increible lo que siente el cuerpo cuando agarra pozos de aire: se te suben todos los organos abdominales, alienados, hasta la garganta.
El carreteo me pareció y me sigue pareciendo alucinante.. pero eso de que el avion no baje la trompa y nos deje mirando para arriba, como si en cualquier momento nos fueramos a comer el asiento del boludo que va adelante, es cierto: no es grato.
Despuúes supongo que uno se va acostumbrando y todo eso se vuelve un disfrute (??)
Nunca voy a olvidar hace unos años cuando volvia de Brasil, de noche (nunca habia volado de noche) y con tormenta (menos). Gentilmente.. la azafata ofreció bebidas apenas llegamos a la altura donde uno puede sacarse el cinturón, y le pedí vino tinto: después del segudo vaso, es lo ultimo que recuerdo.
Preferible volar o estrellarse si se quiere, en pedo y no sufrir con pensamiento nefastos durante el tiempo que dura el viaje.
Beso señor y que esté disfrutando a full su vida de casado.
Río Grande (Tierra del Fuego): -2ºC
— tres horas y media de avión en el medio —
Buenos Aires (Ciudad): +32ºC
Ahora sé lo que siente un peceto cuando lo saco del freezer y lo meto al horno.
Ushuaia…
muchísimos grados menos
mi vuelta fué alucinante. La segunda vez que volaba (la primera fué la ida)
Me tocó un asiento que era el último del avión. del lado de la ventana, pero sin ventana. Supongo al lado de la turbina, porque se escuchaba todo como la hostia y tuve el zumbido por días. asiento NO reclinable, adelante y del otro lado del pasillo: bebés llorando y para darle un toque romántico unas finitas cortinitas que nos separaban de los baños, si LOS uno atrás de mi asiento y otro un asiento más adelante.
creo que desde ahí comprendí el sentido de sacar pasajes con anticipación mayor a dos días.
la comida… para cuando me desperté ya estaba «servida» y me enojeé de sobremanera al ver que todos hasta los bebés (todos menos yo) comían…ni hablar, creo que ni siquiera me cubrió los huecos de las caries…
3- No disfrutamos de viajar, no tenemos la necesidad de hacerlo y tratamos de evitar el hecho de tener que subir a un armatoste de acero repleto de combustible que se eleva miles de metros en el aire sujeto a un par de principios físicos cuestionables y que, cuando se cae, no suele dejar sobrevivientes.
YO ME APLICO A LA TERCER OPCION.
Si un viaje a El Calafate para vos fue eso. Ni en pedo conozco Italia.
Su mujer, muy inteligente… No esperaba menos de usted. Envolvio las pertenencias en Nylon, y fue al baño antes de ir al avión… (Si hay algo que el cine te cuenta y tienen razon, es que no hay cosa mas espantosa que ir al baño de un avion: primero porque no sabes quien se echo un polvo antes de que entres vos, y segundo porque muchos se descomponen… prefiero los bañitos de los micros a Rosario………-Eso fue mentira-)
Mi estimado Mantis: Sepa que toooooodasss las sensaciones vividas por usted, no responden a que este fue su primer vuelo. Si le sirve de consuelo las vivirá en la mayoría, por no decir todos, los vuelos que usted haga en su vida. Paso a exponer mi caso:
Por motivos laborales, no por tener gran poder adquisitivo, desde hace unos cuatro años me veo obligado a viajar por lo menos dos veces por mes cuando no cuatro y hasta seis. Ya que la política aeronáutica nacional sumado a la inoperancia y al monopolio de las rutas aéreas hace que todos los destinos partan desde Buenos Aires y no hayan conexiones. Ej. Para irme desde Mendoza a Neuquén que queda a 800 Km. Primero tengo que volar 1300 hasta Bs. As. Y después de allí a Nqn igual para la vuelta y para todos los destinos.
En fin…. La cuestión es que cualquiera podría suponer que con tanto millaje (soy de esos idiotas que juntan las millas y NUNCA se las gasta) uno ya estaría curtido.
Grave error!!! Cada vez tengo más mañas, cábalas, amuletos y trucos para pasar los vuelos y las previas.
Digo las previas, porque usted, amigo Mantis, es un privilegiado, a usted lo ha bendecido algún querubín, o habrá hecho algo bueno en una vida pasada. Ya que volando por nuestra linea de bandera (Aerolíneas y Austral) ya que parece que salió a tiempo y llegó igual.
Pues yo tengo records absolutos. Ej. 1) Paro de pilotos de Aerolíneas, Ezeiza vuelo dirécto a Madrid. Embarcado, dentro del avión , en posición para despegar, Se escucha al Piloto decir: – «Por motivos de conflicto gremial deberán descender del avión ya que no podemos despegar, consulten en el mostrador de la Aerolínea…..»
Obviamente en el mostrador no hay nadie y me peleo con docientos gallegos furibundos por agarrar mi equipaje. 36 horas mas tarde salgo rumbo a Madrid con una que otra escala (Río, Londres y Barcelona) Por supuesto que las horas de espera las pasé durmiendo en la cinta de equipaje y peleándome para que me dieran una medialuna a la mañana. El vuelo muy bueno, en British, por supuesto, porque seguía el paro. Otra vez en uno de cabotaje presiono el botón para reclinar el asiento y por arte de magia me quedé con el apoyabrazos en la mano. Otra se declaró en emergencia el vuelo, y se cayeron las máscaras de oxigeno, fue todo un detalle la azafata gritando que no nos pusieramos las máscaras porque era peligroso (yo a esa altura estaba en las manos de san pedro rindiendo cuentas por las gomitas que durante años le robé a Chichilo el kioquero de mi escuela)
Si le tuviera que cobrar por cada hora que me han hecho perder, por lo que me han robado del equipaje y por la angustia que me han hecho comer, creo que estarían ante un nuevo dueño de la compañía. Así que cada vez que puedo vuelo por otra empresa hasta al LLoy Aéreo Boliviano le tengo más fé.
Otra vez, ya no en aerolíneas, al simpático del piloto se le da por informarnos que se acercaba el huracán Mitch, y teníamos que desviarnos (Todavía nadie me da otra razón que no sea la misma del dentista, para que el coso este nos informe sobre el peligro que estamos corriendo)
Solución: Rivotril en gotas y un tubo de Wiski. Resultado; Azafata despertándome 6 horas después en destino final con una resaca de Galtieri después de Plaza de Mayo. Se está haciendo muy largo, así que dejo acá, igual tengo muchas. Imagínese que entre otras una vez se desbocó un caballo en la bodega del avión!!!!
Lo importante es esa sensación de renacer cuando uno llega y la posibilidad que le dan las aerolíneas de poder sacarle ventaja de sus errores, lo cual es bastante lucrativo y facil de hacer. Así he podido ver que existe gente que vuela con estilo en serio, y si el avión se cae se caen como duques. Digo, esperar en el salón de 1º, volar en ejecutiva y ni que hablar de 1º clase, que lo lleven a uno en un carrito de golf para que no camine etc. hay otro mundo incluso para las cosas desagradables
«no se me puede dejar sólo y con plata en la mano»
Me hizo acordar la vez que me compré un cosito a pilas con luz negra para verificar si los billetes son auténticos o falsos.
Genial el post, otra vez.
Muchachos no jodan, quilombos hay todas las compañías. Si no pregúntenle a Alitalia y sus paros, huelgas (se encuentra al borde de la quiebra), Air France 9 días de paro hace no más de un año.
Ahhh!!! Y si de morir se trata, recuerden que con British te pasan a primera (una vez muerto, claro). Lo jodido es que vos seas el pobre cristiano que pagó su primera en cash (y entregando hasta el invicto) y se despierta con un muerto (porque ni zombies le regalan) al ladito suyo como buscando ese calor que hace un rato nomás dejó de ser normal en ese cuerpo. O algún que otro despiste, y no me refiero al error de una azafata en la bebida que usted pidió. Mire nomás, mire y disfrute. Nada cuesta ver, nada cuesta revisar…
Hacete el muertito
http://www.clarin.com/diario/2007/03/19/um/m-01383621.htm
Mordió Banquina. Es que se quedó sin fuerza en los dos motores. Como si nada. Tipo, que… (miren la fecha)
http://www.airliners.net/photo/British-Airways/Boeing-777-236-ER/1318205/L/
Si cancelan, cancelan enserio. Estos para cancelar son grosos.
http://news.bbc.co.uk/hi/spanish/business/newsid_7339000/7339909.stm
Diga la verdad, usted quería que el avión se estrellara para tener su propia experiencia «LOST».
En una isla desierta seguramente su estilo reprobable de vida, que deja plasmado en este blog, a nadie le importaría y podría tener tantos Chinchulines como se le antojen!
La primera vez miedito, pero las demás (todas absolutamente todas, por motivos laborales) fueron muchos, Lan y Aerolineas solamente, pero, para mi lo mejor es el carreteo, la ascension a casi 90 grados cuando sale de aeroparque o del aeropuerto de chile, y siempre ventanilla, me encanta mirar de coté cuando arranca o aterriza. El pozo de aire, te puede mandar a vomitar si tenes estomago debil, cuando cruce la cordillera en julio o agosto lo puede apreciar.
Felicitaciones y piense, que hay mas accidentes de colectivos que de aviones, eso si, algun q otro se escapa de la muerte en el bondi, del avion no queda nadie, es como un triple play del beisbol, o un 6 a 0 de independiente a RaSin Club, y Ra Sin a la B.
Saludos
El Turi.
si fuera por las estadísticas no habría que acostarse porque la mayoría de la gente se duerme en la cama……….
También soy asmático. Leerte es una sensación similar al sentimiento de justicia.
Larga vida al humo bolivariano concientizador.
Que suerte que el matrimonio le siente bien, Mantis! Una alegría leerlo, de verdad. Yo creo que si sucede el ataque zombie lo voy a buscar al bar de Paseo Colón en el que atiende Alfred Molina. Un abrazo grande.
Igor
Mantis, vos sos un campeon. Yo nunca viaje en avion tampoco. Pero por lo menos, ya conoci una piba nueva y va bien la cosa.
Ahora estoy re loco de faso, comiendo alfajores de chocolate y leyendo otro glorioso post.
Mux: Vamos, usted sabe que no soy tan desalmado como para querer matar negros indiscriminadamente. Antes les haría una encuesta con una asistente social, por ejemplo.
Y sí, lo que me jodía de viajar en avión era la certeza de que si algo salía mal, era game over. Se caen menos de lo que choca un micro, pero si te toca estar en el avión ese al que se le ocurre caerse…
Araña: No sé si en pedo… yo quiero esta rlúcido, cosa de manotear algún paracaídas que pudiese haber a bordo.
Bater: ¿Usted todavía come peceto? Oligarquía pura.
Némesis: ¿Usted se sube al avión nomás para dormir? ¿Y si tiene que salir nadando o algo?
Changuita: Somos varios.
Diganmelón: El viaje de regreso fue un inferno de mierda. Tenga paciencia que se lo cuento luego.
Rambo: Nunca sabés cuando te van a hacer falta esas cosas que se compran así, de golpe.
Marita123: No veo Lost. Lástima.
El Turi: Para algo se inventó la caja negra.
Capitanfla: Yo tengo miedo de que lo hayan quemado a Julio López.
Igor: Noo… no me busque no me va a encontrar.
Shugo: Sí, soy un campeón.
Gracias por tan detallada crónica de lo que se siente al volar. Para mi, que nunca en la vida volé y como viene la mano ni volaré salvo que sea en un helicóiptero sanitario, fue como vivir la experiencia.
Mire… De no ser por la luna de miel, yo tampoco habría volado jamás.
Me parece que es exponerse a un riesgo innecesario de padecer una catástrofe de las que le pasan a uno de cada 100.000.000, pero que pasan y salen en la tele.
Quedar papanatas o descuajeringada por un choque de auto… Imagínese reaprender a caminar, a comer… ay no, yo, que quiere que le diga, prefiero una probabilidad de 100% de estrolarme y no contarla!
Mi último vuelo, hace como cuatro años, o más, fue transatlántico, y casi no me acuerdo de él porque dormí apenas me subí, cosas de la vida.
¿Su radiante esposa es Marie Curie?
May: Yo prefiero tener que reaprender a hacer cualquier cosa. No sé si habrá poca o mucha dignidad en eso de comer sopita con un sorbete de por vida desde una silla de ruedas, pero es mejor que nada.
Uno se muere seguro: hay que prolongar todo lo demás, inclusive la agonía.
Godsize: Espero que no tan radiante. Estuvo usted muy bien, muy bien.
Lo felicito.
Y como viene la mano yo me coloco en la lista de los que luego de algunos viajecitos cree que nunca pero nunca más volverá a viajar en avión.
Saludos cordiales
La primera y unica vez que viajé fue el año pasado y por trabajo, desde Cordoba a Capital, me toco justo en una ventanilla sobre el ala derecha…la verdad es que durante el carreteo la muy hija de puta se movia como un flancito, lo que me hizo reflexionar en ese momento que si me estrolaba por lo menos habia pagado la cuota del TV. Ya durante el viaje, que no fue muy largo por cierto, se me ocurrio que de hacerme bosta en algun campo, por lo menos existia la posibilidad de que me reconstruyeran como el hombre nuclear….eso si….hubiera pedido ojos claros.
Ah Mantis este año Tinelli también convocó mogolicas para su programa, como hace siempre….no nos estará enviando un doble mensaje diciendo que hace trabajar a personas con discapacidades (mentales claro) para verse como una persona caritativa?……………….naaaahhhh
Ahhh!!! Si de azafatas se trata .Por favor si alguien vieja en Cubana no se pierda de ver unos milímetros arriba de la larga falda que se ponen. Se depilan hasta la marca de la falda!!!!! de allí para arriba Mato Grosso!!!!
jaajajajajaaj diganmelon
vengo nomas a dejar una recomendacion que hara las delicias de todo. pero en serio, no es joda esto. por favor, tomense un ratito para ver a «The angry nintendo nerd»… excelentes reviews de los clasicos de nintengo por este grosso.
http://joulimousisblog.blogspot.com/2008/03/angry-nintendo-nerd.html
ah, el avion. si, terrible… la pucha. como estan las cosas! y el precio de los esparragos?!… y si, esto tiene q explotar.
Soy un exiliado desde el 2000 y no hago mas que viajar de tanto en tanto once horas de ida y once de vuelta.Siempre con la seguridad de morir.Siempre antes de subir, un vaso de vodka y uno de whisky.Cuando te traen la comida siempre tres botellitas de vino tinto,me tomo dos y una me la escondo para cuando se me pasa el efecto.Es algo muy tensionante para alguien que desde los diesciseis años tiene toda clase de procesos fobicos como yo.Y tengo 33.Muchas felicidades en su matrimonio.
Por fin después de varias visitas por aquí he decidido salir del anónimato y comentar, a pesar de que no vuelo hace bastante, en avión por lo menos, los recuerdos de uno de los últimos vuelos aún me torturan. Salimos de Buenos Aires a Tierra del Fuego (Julio del 96) por razones de inclemencias climáticas (nieve de a montones) el avión no llegó a destino. Parámos en Comodoro, en Río Gallegos (dónde estuvimos dos horas esperando) bebes que lloraban y se quedaron sin pañales incluídos.
Finalmemnte volvimos a Buenos Aires… si, porque era imposible aterrizar en el destino final del viaje. Al día siguiente perdí el vuelo. Y finalmente después de tres días por fin volví a mis pagos.
Un saludo.
Pd: me tomo el atrevimiento de linkearlo. :D
Pese al peligro de muerte inminente las salidas de emergencia qie están sobre las alas son lo mejor para los que somos altos y en algunos aviones hay dos salidas por lado, es decir tenes cuatro «juegos» de asientos como el que tocó. Son los lugares con mas lugar para sentarse (por lo que no viajás enrosacado y/o inmóvil) y en los aviones que te digo que tienen 4 los que estan segundos, es decir, los que estan detrás de los que estan delante de éstos (!!!) sí se reclinan… son como TIPS salidos de un FAQ del tipo «viajar en avion.doc»
Yo fui a Kalafate, la otra semana por trabajo (no tan feliz como vos).
Contate algo del glaciar o de la presindentriz.
Si no, cuento yo después.
Bueno la verdad que la primera vez que viaje , fue a Buenos Aires desde Lima por preferencia de mi hermana me compre los pasajes en Aerolineas Argentinas ya que ella fue a vivir a Buenos Aires en 1994 y me dijo que el aviòn que habia viajado a Buenos Aires era un 747-200 y para mi era todo un lujo , asu viajar a Buenos Aires en un Jumbo era algo como nose conocer el paraiso.
El vuelo estaba previsto para las 11:30 de la noche (Lima) pero o sorpresa recien a las 01:45 de la mañana en el aeropuerto anuncian la llegada del vuelo de aeorlineas argentinas , pero bueno no me enoje dije huy sera un Jumbo valio la pena esperar y otra sorpresa cuando asando lamanga del avion este no pasaba de los 30 Metros de largo subo y digo donde esta el segundo piso y me la azafata me dice che aqui no tenes segundo piso este es un 737 y asu madre me arrepenti , pero no loo niego la atencion la cordialidad y el servicio que da aerolineas es bueno , pero no tiene ninguna clase de entretenimiento a bordo, salvo que lo qeu te distraen son las azafatas de aerolineas hermosas como su tierra .
Me olvidaba la segunda vez que volvi a Buenos Aires lo hice ida y vuelta en Taca buen servicio buen entretenimiento solo que las azafatas estaban para el asilo
buenas tardes quisiera saber cuanto me sale el pasaje mas economico desde aero parque a tierra del fuefo
adoro leerte, me estoy riendo tantoo,geniiooo,
El Priimer Viiaje En AviiOn es UniicO ,Se Siientte Biiien PerO mUy nerviiOsO UnO nO sabe sii Llleqaran Biien Unnas Seriiies de cOsas Qk se te entran En tu ,emte perO nO es Nadda, Siienttesc CoosqkiilleO en el EstOmaqO Se te Tapan lOs OídOs Por el CambiiO atmOferiicO te recOmiiiendO cOmer shickle para qk nOP se te tapen Te recOmiiendO si le temes a las alturas nO te Ponqah Sercas de las Ventanilllas PerO es Muy bOnitO el Paisaje qk se be desde allí cuandO viajas de nOchhees Veez tOdas Las Luucees se ve hermOsiisiimO y CuuandO vaas a Aterrizar te sientes mas sequrO y despues Qkkq Vajas Del aviiOm Diises en tu mente y estO es mOntar aviiOn..Despuueh te siente feliiz descubril OtrO mundO alqO muuy diferente a lO cOnOciidO..el Priimer vaije es UniicO…nO tenqas MiiedO a mOntar en aviiooOn cuando te montas piesa qk el piloto es un geniO en estO BesiiitOs Muuazkk pasenla en su Priimer Viaja..!! se le Qkiiere Gnete Latiina♥
POR FAVOR ES LA PRIMERA VEZ QUE VOY A VIAJAR EN AVION Y TENGO MUCHO MIEDO VIAJAMOS EN FAMILIA ALGUIEN ME PUEDE DECIR COMO ES UN VIAJE EN AEROLINEAS ARGENTINAS DESDE BS AS HASTA USUHAIA HE ESPERADO MUCHO POR ESTE VIAJE PERO TENGO TERROR DEL AVION